Oh santa Epifanía del Señor
en aguas abismales:
en ti, Jesús, la luz divina
brota,
el Hijo muy amado de tu Padre!
Las aguas del diluvio tenebroso
son hoy sacramentales,
es bella y esplendente, amada
toda,
la Esposa sumergida que ahora
nace.
¡Oh hermosa Trinidad, Teofanía,
del Hijo en nuestra carne;
oh Padre nuestro, fiesta de las
luces,
oh Espíritu, pureza y fuego que
arde!
La plena creación se ha
estremecido
lavada en este cauce;
Jesús es la victoria del pecado,
vencido el enemigo en el combate.
Bautismo del Señor, misterio
santo
de gracias a raudales,
Jesús aquí comienza generoso,
cual Hijo de su amor al mundo
sale.
¡Gloriosa Trinidad, inmenso gozo,
origen y remate,
por Cristo inmaculado sea gloria
y eterna luz que nuestros ojos
sacie! Amén ■
P. Rufino Mª Grández, ofmcap,
Cuautilán Izcalli, domingo del
Bautismo del Señor 2003.
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