No, no te apresures a despedirte
de los pasos de Dios, de la "Historia de Dios en tu vida". Cada
acontecimiento es una noticia de su Presencia, y en cada acontecimiento has
descubierto un rostro nuevo, insospechado, de Su Misericordia. Puede ser que no
entendamos bien qué es la transformación de todo... Pero: puerta para algo
mayor es siempre el instante, el presente, que deja una faz nueva, que deja una
marca, un sello admirable: "Sufrir pasa, haber sufrido no pasa jamás"
(Bloy y Berdiaeff). Ten sumo respeto y delicadeza y verás cómo todo perdura en
una dimensión mayor. Cómo nada se pierde en el nivel más alto. Cómo toda tu
vida respira ya el aire de la Eternidad. Alégrate pues en este presente y
bendice. La compunción transforma el pecado y Dios te eleva en su misericordia.
Las montañas son pequeñas, el mar inmenso tiene fin y se acaba, la llanura
termina en alguna frontera. Tu corazón, en cambio, no tiene confines ■ Ermitaño
urbano
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