Quien estudia el misterio de Dios
que se ponga de rodillas, porque Dios se revela con mucho gusto a un corazón
humilde. Los ojos de un pobre son más aptos para ver a Cristo y, a través de
Él, vislumbrar el perfil de Dios. Los otros que pretenden sondar este misterio
con los recursos de su propia inteligencia primero deben ponerse de rodillas,
en actitud de humildad, de lo contrario no entenderán nada ■
Papa Francisco
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