(..) Debemos ser semilla de vida y de amor, la semilla es una cantidad
infinitamente más pequeña que la cantidad de frutos, flores y árboles que nacen
de ella. Me parece haber dicho antes que nuestro objetivo no es el proselitismo
sino la escucha de las necesidades, de los deseos, de las desilusiones, de la
desesperación, de la esperanza. Debemos devolver la esperanza a los jóvenes,
ayudar a los viejos, abrirnos hacia el futuro, difundir el amor. Pobres entre
los pobres. Debemos incluir a los excluidos y predicar la paz. El Vaticano II,
inspirado por el papa Juan y por Pablo VI, decidió mirar al futuro con espíritu
moderno y abrirse a la cultura moderna. Los padres conciliares sabían que
abrirse a la cultura moderna significaba ecumenismo religioso y diálogo con los
no creyentes. Después de entonces, se hizo muy poco en esa dirección. Yo tengo
la humildad y la ambición de querer hacerlo(...) ■ Papa Francisco, entrevista con Eugenio Scalfari.