Icon of the Transfiguration of
Our Lord, second half of the 13th century, demonstrating the use of pale green
steatite with traces of gold, Holy Monastery of Xenophont, Mount Athos •
Y entonces uno se queda con la Iglesia, que me ofrece lo único que debe ofrecerme la Iglesia: el conocimiento de que ya estamos salvados –porque esa es la primera misión de la Iglesia, el anunciar la salvación gracias a Jesucristo- y el camino para alcanzar la alegría, pero sin exclusividades de buen pastor, a través de esa maravilla que es la confesión y los sacramentos. La Iglesia, sin partecitas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario