Mi Amado para mí
y yo para mi Amado.
Se inclina ya mi frente,
sellado está el trabajo;
Señor, tu pecho sea
la gracia del descanso.
Mis ojos se retiran,
la voz deja su canto,
pero el amor enciende
su lámpara velando.
Y yo sigo mirando
tu cuerpo deseado;
cuando me llegue el día,
recíbeme en tus brazos.
Lucero que te fuiste
con gran amor amado,
en tu Gloria dormimos
y en sueños te adoramos.
Mi Amado para mí
y yo para mi Amado.
Amen ■
P. Rufino Mª Grández, ofmcap.
No hay comentarios:
Publicar un comentario