Como a su madre acuden los hijos
sin temor,
venimos, Madre, a verte, a darte
nuestro amor.
Siguiendo tu camino hallamos a
Jesús.
Entre nosotros, Madre, todo lo
hiciste tú.
Madre, tus hijos vienen cantando
alegres una canción,
buscando en tu sonrisa, en tu
regazo, su protección.
Ponen entre tus manos cual rosa
ardiente su corazón.
Te dicen que te aman, que siempre,
siempre, tus hijos son.
Lleno de confianza acudo Madre a
ti,
pues sé que en mis peligros
velando estás por mí.
Cual hijo que te ama procuraré
vivir,
y en tu regazo, Madre, quisiera yo morir.
y en tu regazo, Madre, quisiera yo morir.
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