Tomó Jesús la cruz cual don
nupcial
que el Padre en este día le
presenta;
y eternamente ya sellado Esposo,
será esposo de sangre de su
Iglesia.
¡Oh cruz de amor, la carga del
pecado,
el peso de la historia entera y
nuestra...!,
los crímenes de Adán y de sus
hijos
a hombros de Jesús deshechos
quedan.
Tomó Jesús la cruz de su Pasión
lo mismo que Isaac tomó la leña;
camina hacia el suplicio, Dios le
guía:
en él puso su amor, que Dios
provea.
“El cáliz que mi Padre me ha
ofrecido
¿no habré yo de beberlo en esta
mesa?;
es copa de amargura, mas es suya,
será copa de amor, si Dios la
entrega”.
Tomó Jesús la cruz, él el
primero,
y dijo entonces, vuelto a la
asamblea:
Seguid en pos de mí, pisad mis
pasos,
que ya el amor trazó segura
senda.
¡Jesús crucificado, Señor mío,
alzado para verte en cielo y
tierra,
la Nube luminosa de la Gloria
contigo cara a cara nos envuelva.
Amén ■
P. Rufino María Grández, ofmcap.
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