Los que conocen a Dios están
llenos de buenos pensamientos y, en su afán por las cosas celestes, desdeñan
las realidades de esta vida. Éstos no son queridos por muchos, ni sus ideas
son del agrado de muchos. Tanto es así, que no sólo son odiados, sino
también objeto de burla. Sin embargo, aceptan sufrir lo que sea, dentro de la
indigencia en que se encuentran, sabiendo que, si bien esto parece un mal para
la mayoría, para ellos es un bien. El que comprende las cosas celestes, cree
en Dios y reconoce que toda criatura proviene de su voluntad. El que no
comprende, ni siquiera cree que el mundo es obra de Dios y que fue hecho para
la salvación del hombre ■ de la Filocalía de la Iglesia Ortodoxa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario