El ángel Gabriel (en hebreo: גַּבְרִיאֵל, Gavriʼel; en árabe
جبريل Yibrīl o جبرائيل Yibrāʼīl; en latín
Gabrielus; en griego Γαβριήλ Gavril) significa: (en hebreo) «fuerza de Dios»,
«poder de Dios» o «fortaleza de Dios», de gabar (fuerza) y El (Dios), es uno de
los tres arcángeles principales dentro de las religiones judía, cristiana e islámica.
Las Iglesias católica, ortodoxa y Protestante, junto con el islam, lo
consideran arcángel por ser junto con Miguel (el «vencedor de dragones»
[=demonios]) y Rafael («guía de médicos y de viajeros»), los únicos «ángeles
con nombre», mensajeros de Dios encargados de llevar a cabo misiones
especiales. Su jerarquía está vinculada a su «proximidad al trono de Dios». Se
lo considera el «guardián del tesoro celestial», el «ángel de la redención», el
«iniciador», y el «mensajero supremo de Dios». En el islam se considera a
Gabriel como uno de los principales mensajeros del Altísimo, y se lo presenta
como aquel que reveló el Corán a Mahoma. Su representación más común es la de
la Anunciación y en el caso musulmán, la de la revelación a Mahoma, aunque también
ha sido retratado llevando un mensaje escrito en la mano. En las pinturas, Gabriel
suele aparecer con figura majestuosa, ricamente ataviado, y su diestra suele
figurarse en actitud de saludo y de bendición ■
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