El palio (derivado del pallium o palla) es un ornamento
del Papa y de los metropolitanos en la Misa pontifical. Tiene la forma de una
faja circular que carga sobre los hombros y de la cual penden ante el pecho y
en la espalda dos tiras rectangulares, todo de lana blanca, destacándose de
ella seis o cinco cruces de seda de color negro o rojo. Suele adornarse con
tres clavos metálicos, que recuerdan los clavos de la Pasión. Entre las
variadas opiniones que se han mantenido sobre su origen parece la más razonable
la que supone que se trata de una imitación del omophorion griego, ornamento que desde principios del siglo V
llevaban los obispos de Oriente como emblema de su dignidad y oficio pastoral,
simbolizando la oveja que va sobre los hombros del Buen Pastor. En Occidente,
fue ornamento propio del Sumo Pontífice desde el siglo V y por concesiones
particulares desde el VI, llegó a ser de uso ordinario para los arzobispos a
partir del IX. Al principio, el palio consistía en una pieza de vestidura que
se replegaba a manera de banda, pero mucho después, a partir del siglo VI, tomó
la forma de cinta, y desde el IX al X se le dio una forma casi idéntica a la
actual, con las seis cruces negras a partir del siglo XV. El palio se confecciona
con lana de corderitos bendecidos por el Papa en la fiesta de Santa Inés (21 de
enero) en una capilla del Palacio Apostólico ■
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