Lo primero que tienes que hacer,
antes de empezar siquiera a pensar en algo como la contemplación, es tratar de
recuperar tu unidad natural básica, reintegrar tu ser –que se halla dividido en
compartimentos- en un todo sencillo y coordinado, y aprender a vivir como una
persona humana unificada. Eso significa que tienes que recoger de nuevo los
fragmentos de tu distraída existencia para que, cuando digas yo, realmente haya alguien presente que
sostenga el pronombre que has pronunciado ■ T. Merton, La experiencia interna. Notas sobre la contemplación.
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