Te invoco, Dios Verdad, principio, origen y fuente de la verdad de todas
las cosas verdaderas. Dios Sabiduría, autor y fuente de la sabiduría de todos
los que saben. Dios verdadero y suma Vida, en quien, de quien y por quien viven
todas las cosas que suma y verdaderamente viven. Dios Bienaventuranza, en quien
y por quien son bienaventurados todos los que son bienaventurados. Dios Bondad
y Hermosura, principio, causa y fuente de todas las cosas buenas y hermosas.
Dios Luz espiritual, que bañas de claridad todo lo que brilla a la
inteligencia. Dios, cuyo reino es todo el mundo inaccesible a los sentidos.
Dios, que gobiernas los imperios con leyes que se derivan a los reinos de la
tierra. Separarse de Ti es caer; volverse a Ti, levantarse; permanecer en Ti es
hallarse firme. Alejarse de Ti es morir, volver a Ti es revivir, morar en Ti es
vivir. Nadie te pierde sino engañado, nadie te busca sino avisado, nadie te
halla sino purificado. Dejarte a Ti es ir a la muerte, seguirte es amar, verte
es poseerte. Para Ti nos despierta la fe, levanta la esperanza, une la caridad ■ San Agustín de Hipona, Soliloquios, libro
I, cap. 1.