El edificio original de la Basílica de la Natividad, en Belén, fue
construido por el obispo Makarios de Jerusalén, por órdenes del Emperador
Romano Constantino I, bajo el primer Concilio de Nicea el año 325. En el año
529, durante la rebelión de los samaritanos, fue quemado y destruido
completamente. El lugar donde la tradición asegura que nació el Señor está
marcado por ésta estrella de plata de 14 puntas, rodeada por lámparas de aceite
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