Año nuevo: ganar más, hacer más, lograr más... Necesitamos esas
"manifestaciones", siempre exteriores a nosotros, que nos den, que
nos proporcionen una certeza que nuestro corazón no alcanza y se fatiga por
conquistar... Digamos lo siguiente: No aspires a ninguna calificación, ni a
ninguna definición. Tampoco te esfuerces por adquirir ahora la categoría que
sea. SIMPLEMENTE VIVE. El secreto está allí: en arrojarse y vivir. Vive sin la
definición. ¿Quieres orar? Pues, ORA. Te preguntarás cómo oras y te responderás
que no lo sabes. Si te hallas en el desierto ¿qué importa definirlo o
delimitarlo? Aprovecha en profundidad el desierto: vívelo en tu corazón. ¿Cómo
llegas a la celda o a la ermita interior? Estando en ellas: entra y vive tu
misterio, que es el Misterio que te cubre... ¿Quieres ser poeta? Canta sin
aguardar los ecos. Porque si cantas pensando en ellos jamás abrirás la boca. ¿Y
si sufres? ¿Cómo se sufre? Pues deja que Dios te levante y te oculte. Y
participa, viviendo en abandono, el gran secreto de la salvación y de la
elevación. Vive hondo en tu interior. Es decir, simplemente, vive. Así
descubrirás la Presencia que es tu vida... Nos dice el Señor: Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida.
Yo SOY la Resurrección y la Vida ■ Ermitaño urbano