Cuanto más largo tenga que ser el camino hacia afuera, más profundo deberá serlo hacia tu interior. Sólo cuando tus raíces sean profundas, tus frutos podrán ser abundantes ■H. NOUWEN
Y entonces uno se queda con la Iglesia, que me ofrece lo único que debe ofrecerme la Iglesia: el conocimiento de que ya estamos salvados –porque esa es la primera misión de la Iglesia, el anunciar la salvación gracias a Jesucristo- y el camino para alcanzar la alegría, pero sin exclusividades de buen pastor, a través de esa maravilla que es la confesión y los sacramentos. La Iglesia, sin partecitas.