Dios se hizo carne por nosotros, para mostrarnos que la forma de ponerse en
contacto con el amor de Dios es la forma humana, en la cual el afecto limitado
y parcial que la gente puede dar, da acceso al amor ilimitado y completo que
Dios ha derramado en el corazón humano. El amor de Dios no puede ser encontrado
fuera de este afecto humano, aun cuando el afecto humano esté contaminado por la
parcialidad de nuestro tiempo ■ H.
Nouwen