La gente bien podrá sentirse
presa del miedo y de la pusilanimidad frente al hecho de que la vida de Nuestro
Señor Jesucristo y de los santos era muy rigurosa y penosa, mientras el hombre
en este aspecto no es capaz de hacer gran cosa y tampoco se siente impulsado a
hacerla. Por ende, cuando la gente se nota tan distinta en este aspecto, a
menudo se considera muy apartada de Dios a quien -(según dicen)- no pueden
seguir. ¡Que nadie haga esto! El hombre nunca (y) de ninguna manera debe
considerarse alejado de Dios, ni a causa de un defecto, ni por una flaqueza, ni
por ninguna otra cosa. Aun en el caso de que tus grandes pecados te desvíen
alguna vez tanto que tú no te puedas considerar cerca de Dios, debes suponer,
sin embargo, que Dios se halla cerca de ti. Porque el hecho de que el hombre
aleje de sí a Dios implica un gran perjuicio; pues, aun cuando el hombre ambula
en la distancia o en la proximidad, Dios no se aleja nunca, siempre permanece
cerca; y si no puede permanecer adentro, a lo sumo se aleja para permanecer
delante de la puerta ■
Meister Eckhart.