Si he sentir en mi ser
tus abrazos y cariño,
haz, Jesús, que como niño
pueda mirarte y creer.
Yo quiero ser el primero,
lo pide mi corazón;
mas tú me das la lección,
alzado sobre el madero.
Yo quiero ser importante
y ser voz y ser bandera,
mas no fue tal tu manera,
ni tu porte ni talante.
Si he sentir en mi ser
tus abrazos y cariño,
haz, Jesús, que como niño
pueda mirarte y creer.
Quiero infinito querer,
que nada me satisface,
quiero que solo me abrace
el triunfo sin padecer.
Más tú quieres mucho más,
cuando a seguirte me invitas
y en tu corazón me citas:
Solo aquí descansarás.
Si he sentir en mi ser
tus abrazos y cariño,
haz, Jesús, que como niño
pueda mirarte y creer.
El monte de mi deseo
es el monte de mis sueños:
mas qué ruines y pequeños
cuando me acerco y te veo.
Mi corona y mi grandeza
supera a todo reinado,
y es Jesús crucificado,
inclinando la cabeza.
Si he sentir en mi ser
tus abrazos y cariño,
haz, Jesús, que como niño
pueda mirarte y creer.
Jesús, secreto escondido
en la santa comunión,
si yo gusto de este don,
lo demás es desabrido.
Jesús, dulce sacramento,
Evangelio de mi paz,
dame tu divina faz,
y de tu boca el aliento ■
P. Rufino Mª Grández, ofmcap,
Septiembre 2009.