El Tercer Domingo
de Adviento, se llama Domingo Gaudete (¡Alegraos!) por el Introito de
la Santa Misa, tomado de la carta a los Filipenses (4, 4-7), que dice: Gaudéte
in Dómino semper: íterum dico, gaudete. Dóminus enim prope est - Gozaos siempre
en el Señor: otra vez os digo: gozaos. El Señor está cerca.
Por este anuncio
la Iglesia nos incita hoy a la alegría, mitigando la penitencia propia de este
tiempo, y vistiéndose ella misma de fiesta: el celebrante puede cambiar los
ornamentos de color morado por los de color rosa (a semejanza del color del cielo que anuncia la llegada de la aurora); las flores reaparecen cerca del altar y se dejan oír los acordes del órgano que, en rigor, debe usarse poco
en el Adviento ■