St. Joseph, Second half 18th century, Salvatore di Franco (active 18th century), Polychromed terracotta head and wooden limbs; body of wire wrapped in tow; various fabrics; silver-gilt halo and staff a), Metropolitan Museum of Art (New York) ■
Y entonces uno se queda con la Iglesia, que me ofrece lo único que debe ofrecerme la Iglesia: el conocimiento de que ya estamos salvados –porque esa es la primera misión de la Iglesia, el anunciar la salvación gracias a Jesucristo- y el camino para alcanzar la alegría, pero sin exclusividades de buen pastor, a través de esa maravilla que es la confesión y los sacramentos. La Iglesia, sin partecitas.
laus deo virginique matris
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