Recordare, Jesu pie, | Acordáos, Jesús piadoso, |
Quod sum causa tuæ viæ: | que soy causa de vuestra vida: |
Ne me perdas illa die. | no dejéis que me pierda en aquel día. |
Quærens me, sedisti lassus: | Buscándome tuvisteis que sentaros, fatigado: |
Redemisti Crucem passus: | pora redimirme moristeis en la cruz: |
Tantus labor non sit cassus. | ¡que no sea en vano vuestro esfuerzo!. |
Juste judex ultionis, | Justo Juez de los castigos, |
Donum fac remissionis | concederme la remisión de mis pecados |
Ante diem rationis. | antes de que llegue el día de rendir cuentas. |
Ingemisco, tamquam reus: | Gimo porque me siento culpable, |
Culpa rubet vultus meus: | me ruborizo por mis faltas: |
Supplicanti parce, Deus. | suplicante os pido, Dios mío, vuestro perdón. |
Qui Mariam absolvisti, | Tu, que perdonaste a María Magdalena, |
Et latronem exaudisti, | y escuchaste la plegaria del ladrón, |
Mihi quoque spem dedisti. | dame también la esperanza del perdón. |
Preces meæ non sunt dignæ: | Mis plegarias no son dignas, |
Sed tu bonus fac benigne, | pero te pido, po tu bondad, |
Ne perenni cremer igne. | que no me arrojes al fuego eterno. |
Inter oves locum præsta, | Colócame entre tus ovejas, |
Et ab hædis me sequestra, | y sepárame de las cabras, |
Statuens in parte dextra. | colocándome a tu diestra. |
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Y entonces uno se queda con la Iglesia, que me ofrece lo único que debe ofrecerme la Iglesia: el conocimiento de que ya estamos salvados –porque esa es la primera misión de la Iglesia, el anunciar la salvación gracias a Jesucristo- y el camino para alcanzar la alegría, pero sin exclusividades de buen pastor, a través de esa maravilla que es la confesión y los sacramentos. La Iglesia, sin partecitas.
laus deo virginique matris
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