La palabra de Cristo es clarísima: Jesús no desprecia la vida activa, y mucho menos la generosa hospitalidad; pero recuerda el hecho de que la única cosa verdaderamente necesaria es otra: escuchar la Palabra del Señor; ¡y el Señor en ese momento está allí, presente en la Persona de Jesús!. Todo lo demás pasará y se nos quitará, pero la Palabra de Dios es eterna y da sentido a nuestra acción cotidiana ■ Benedicto XVI en Castel Gandolfo
No hay comentarios:
Publicar un comentario