Quédate con nosotros,
la tarde está cayendo; quédate.
¿Cómo te encontraremos al declinar el día,
si tu camino no es nuestro camino?
Detente con nosotros; la mesa está servida,
caliente el pan, y envejecido el vino.
¿Cómo sabremos que eres un hombre entre
los hombres
si no compartes nuestra mesa humilde?
Repártenos tu Cuerpo y el gozo irá alejando
la oscuridad que pesa sobre el hombre.
Vimos romper el día sobre tu hermoso rostro
y al sol abrirse paso por tu frente.
Que el viento de la noche no apague el fuego
vivo que nos dejó tu paso en la mañana.
Arroja en nuestras manos, tendidas en tu
busca, las aguas encendidas del Espíritu.
Y limpia en lo más hondo del corazón del
hombre tu imagen empañada por la culpa ■ de la Liturgia de las Horas
la tarde está cayendo; quédate.
¿Cómo te encontraremos al declinar el día,
si tu camino no es nuestro camino?
Detente con nosotros; la mesa está servida,
caliente el pan, y envejecido el vino.
¿Cómo sabremos que eres un hombre entre
los hombres
si no compartes nuestra mesa humilde?
Repártenos tu Cuerpo y el gozo irá alejando
la oscuridad que pesa sobre el hombre.
Vimos romper el día sobre tu hermoso rostro
y al sol abrirse paso por tu frente.
Que el viento de la noche no apague el fuego
vivo que nos dejó tu paso en la mañana.
Arroja en nuestras manos, tendidas en tu
busca, las aguas encendidas del Espíritu.
Y limpia en lo más hondo del corazón del
hombre tu imagen empañada por la culpa ■ de la Liturgia de las Horas
No hay comentarios:
Publicar un comentario