Jueves Santo

En la Cena del Cordero
y habiendo ya cenado,
acabada la figura,
comenzó lo figurado.

Por mostrar Dios a los suyos
cómo está de amor llagado,
todas las mercedes juntas
en una las ha cifrado.

Pan y vino material
en sus manos ha tomado
y, en lugar de pan y vino,
cuerpo y sangre les ha dado.

Si un bocado nos dio muerte,
la vida se da en bocado;
si el pecado dio el veneno,
el remedio Dios lo ha dado.

Haga fiesta el cielo y tierra
y alégrese lo criado,
pues, Dios no cabiendo en ello,
en mi alma se ha encerrado. Amén ■
de la liturgia de las Horas, Oficio del Jueves Santo

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Y entonces uno se queda con la Iglesia, que me ofrece lo único que debe ofrecerme la Iglesia: el conocimiento de que ya estamos salvados –porque esa es la primera misión de la Iglesia, el anunciar la salvación gracias a Jesucristo- y el camino para alcanzar la alegría, pero sin exclusividades de buen pastor, a través de esa maravilla que es la confesión y los sacramentos. La Iglesia, sin partecitas.

laus deo virginique matris


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