Resplandeciente de alegría,
Amargo mar de los pesares,
Vestida de gracia y de gloria,
Te cantamos, Oh Virgen María.
Gozosa cuándo a Dios concibes,
Cuándo anhelante das el fruto,
Cuándo lo ofreces y lo pierdes,
Al Hijo, que es la luz del mundo.
Salve, primera de los mártires,
En el dolor de tu martirio;
Tu corazón supo de espinas,
Tu alma de cruces y de lirios.
Reina de gloria refulgente,
Madre fecunda de la Iglesia,
Cuándo las llamas del Paráclito
Del mundo ardieron las tristezas.
Recoged las Aves Marías
Para un rosario de azucenas;
Cantad a María alabanzas,
Que es Madre de eterna belleza
Amén ■
Amargo mar de los pesares,
Vestida de gracia y de gloria,
Te cantamos, Oh Virgen María.
Gozosa cuándo a Dios concibes,
Cuándo anhelante das el fruto,
Cuándo lo ofreces y lo pierdes,
Al Hijo, que es la luz del mundo.
Salve, primera de los mártires,
En el dolor de tu martirio;
Tu corazón supo de espinas,
Tu alma de cruces y de lirios.
Reina de gloria refulgente,
Madre fecunda de la Iglesia,
Cuándo las llamas del Paráclito
Del mundo ardieron las tristezas.
Recoged las Aves Marías
Para un rosario de azucenas;
Cantad a María alabanzas,
Que es Madre de eterna belleza
Amén ■
tomado del oficio de Laudes de la Liturgia de las Horas para los paises de lengua castellana
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