Dios habla y llama con voz que se hace polifonica al refractarse en la múltiple realidad de las cosas terrenas y de las acciones humanas. Se trata entonces de saber ver y oír esas pisadas divinas. Pero Dios lleva siempre la iniciativa. Nosotros no vamos a la gracia: es la gracia la que se adelanta y viene a nosotros. Hay que sentirla acercarse y ver cómo llega ■ José Morales, La experiencia de Dios
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