La tiara papal es una corona
usada por los papas, líderes de la Iglesia Católica, desde el siglo VIII al XX.
Fue utilizada por última vez por Pablo VI. El nombre de "tiara" se
refiere a la totalidad del sombrero, sin importar cuantas coronas o diademas la
hubieran adornado a través de los siglos; mientras que su forma de tres
niveles, que fue ideada en el siglo XIV, es también llamada el triregnum, triple tiara, o triple
corona. De 1143 a 1963, la tiara papal se colocó solemnemente en la cabeza del
Papa durante su ceremonia de coronación. Las tiaras papales supervivientes
poseen todas el triregnum, siendo la
más antigua la de 1572, y el resto no anteriores al año 1800. El Papa Pablo VI
abandonó el uso de la tiara papal en el Concilio Vaticano II, colocándola de
forma simbólica sobre el altar de la Basílica de San Pedro, y donando su valor
a los pobres. Sin embargo, en su Constitución Apostólica de 1975, Romano
Pontifici Eligendo, donde detalla la forma de elección del Papa, aún prevé que
sus sucesores serían coronados. Su inmediato sucesor, Juan Pablo I, decidió ir
en contra de una coronación, reemplazándolo con una Misa de inauguración del
pontificado. Después de la repentina muerte de éste, en 1978, Juan Pablo II
dijo a la congregación en la inauguración solemne de su pontificado: El último
Papa en ser coronado fue Pablo VI en 1963, pero después de la ceremonia de la
coronación solemne nunca usaron la tiara de nuevo y dejaron libre a sus
Sucesores su decisión al respecto. El Papa Juan Pablo I, cuyo recuerdo está tan
vivo en nuestros corazones, no deseó tener la tiara; ni tampoco su sucesor lo
desea hoy. Éste no es el momento de regresar a una ceremonia y a un objeto
considerado, erróneamente, como un símbolo del poder temporal de los Papas.
Nuestro tiempo nos llama, nos exhorta, nos obliga a contemplar al Señor y
sumergirnos en meditación humilde y devota sobre el misterio del poder supremo
de Cristo mismo •
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