La Virgen de los Navegantes o Virgen de los mareantes es una pintura del artista
español Alejo Fernández, creada como tabla central de un retablo para la
capilla de la Casa de Contratación en Sevilla. Es la pintura más temprana que
se conoce cuyo tema es el descubrimiento de América. Algún tiempo antes de
1536, los oficiales de la Casa de Contratación encargaron la pintura como la
tabla central del retablo que instalaron en la Sala de Audiencias, de manera
que la habitación sirviera también como capilla. Los estudiosos datan esta
pintura de 1531–36. En la Era de los descubrimientos, los católicos de toda
Europa comenzaban a ver en la Virgen María un símbolo de maternidad y de todo
lo que era bueno, amable y misericordioso. En la Virgen de los navegantes María
está representada cubriendo con su manto a los españoles. Se alza sobre los
mares, uniendo continentes, o sobre la bahía, para proteger a los barcos, su
carga y la tripulación conforme se embarcan en la peligrosa travesía del
Atlántico. Fernando II de Aragón y el emperador Carlos V (con la capa roja),
están retratados junto a Cristóbal Colón, Américo Vespucio y uno de los
Hermanos Pinzón, que se muestran arrodillados. Todos se elevan sobre nubes
sobre el agua, debajo de los pies de la Virgen. Alrededor de la Virgen se
reúnen figuras de indígenas americanos, convertidos al Catolicismo por los
navegantes que se hicieron a la mar en su nombre. Es una de las primeras
pinturas en la que aparecen indios. Posiblemente, la primera sean unos frescos
del Vaticano pintados en 1494 ■
No hay comentarios:
Publicar un comentario