Esta obra de El Greco fue realizada entre 1597 y 1600 durante su último
periodo toledano. En 1596, El Greco se comprometió a realizar el retablo de la
iglesia del colegio de doña María de Aragón, un seminario de la orden agustina.
El nombre popular alude a doña María de Aragón, la mecenas que pagó las obras. Esta
obra formaba de la parte superior del retablo. En ella, como en muchas de las
demás piezas, El Greco organizó la composición a base de un triángulo
invertido. La escena gira en torno a la Virgen María, María Magdalena y los
Apóstoles. Al fondo se encuentra la paloma del Espíritu Santo, que irradia una
luz que ilumina todo el escenario e incide en el vestuario de los personajes. La
escena, basada en el pasaje de los Hechos de los Apóstoles, utiliza figuras
alargadas que se alejan del tradicional estereotipo de belleza clásica. No
existe una sensación de perspectiva, mientras que los tonos fuertes de ciertas
secciones son herencia directa de Tintoretto y Miguel Ángel ■