La Iglesia ortodoxa celebra el segundo domingo después de la pascua el
hermosísimo Domingo de las miróforas (o portadoras de mirra), refiriéndose a
las mujeres que fueron al sepulcro del Señor en la madrugada del día de la
resurrección para ungir su cuerpo, conforme a la tradición judía vigente, y
fueron las primeras en encontrarse con Cristo resucitado y en dar testimonio de
la resurrección. Fueron ellas las primeras que dijeron “Cristo resucitó”. De
sus bocas aprendió la humanidad acerca de la victoria de Cristo sobre el mal y
la muerte. La más conocida entre las mujeres miróforas fue María Magdalena,
quien siguió a Jesús junto con las otras mujeres de Galilea a Jerusalén,
sirviéndolo, y en oposición con los discípulos, ellas permanecieron con Él
durante la crucifixión ■