Den gracias al
Señor, porque es bueno,
porque es eterno
su amor!
Que lo diga el
pueblo de Israel:
¡es eterno su
amor!
Que lo diga la
familia de Aarón:
¡es eterno su
amor!
Que lo digan los
que temen al Señor:
¡es eterno su amor!
Reconocimiento de
la ayuda recibida
En el peligro
invoqué al Señor,
y él me escuchó
dándome un alivio.
El Señor está
conmigo: no temeré;
¿qué podrán
hacerme los hombres?
El Señor está
conmigo y me ayuda:
yo veré
derrotados a mis adversarios.
Es mejor
refugiarse en el Señor
que fiarse de los
hombres;
es mejor
refugiarse en el Señor
que fiarse de los
poderosos.
Todos los paganos
me rodearon,
pero yo los
derroté en el nombre del Señor;
me rodearon por
todas partes,
pero yo los
derroté en el nombre del Señor;
me rodearon como
avispas,
ardían como fuego
en las espinas,
pero yo los
derroté en el nombre del Señor.
Me empujaron con
violencia para derribarme,
pero el Señor
vino en mi ayuda.
El Señor es mi fuerza
y mi protección;
él fue mi
salvación.
Un grito de
alegría y de victoria
resuena en las
carpas de los justos:
"La mano del
Señor hace proezas,
la mano del Señor
es sublime,
la mano del Señor
hace proezas".
No, no moriré:
viviré para publicar
lo que hizo el Señor ■