Mayo el mes de María


Oh tú que te sientes lejos de la tierra firme, 
arrastrado por las olas de este mundo, 
en medio de las borrascas y de las tempestades, 
si no quieres zozobrar no quites los ojos 
de la luz de esta Estrella e invoca a María.

Si se levantan los vientos de las tentaciones, 
si tropiezas en los escollos de las tribulaciones, 
mira a la Estrella, llama a María.
Si eres agitado por las ondas de la soberbia, 
si de la detracción, si de la ambición, si de la emulación, 
mira a la Estrella, llama a María.

Si la ira, o la avaricia, 
o la impureza impelen violentamente la navecilla de tu alma, 
mira a María  
San Bernardo de Claraval 

Y entonces uno se queda con la Iglesia, que me ofrece lo único que debe ofrecerme la Iglesia: el conocimiento de que ya estamos salvados –porque esa es la primera misión de la Iglesia, el anunciar la salvación gracias a Jesucristo- y el camino para alcanzar la alegría, pero sin exclusividades de buen pastor, a través de esa maravilla que es la confesión y los sacramentos. La Iglesia, sin partecitas.

laus deo virginique matris


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