Confío a todas las familias del mundo a la protección de la Virgen Santísima, tan venerada en la noble tierra mexicana bajo la devoción de Guadalupe. A Ella, que nos recuerda siempre que nuestra felicidad está en hacer la voluntad de Cristo, le digo ahora:
Madre Santísima de Guadalupe,
Que has mostrado tu amor y tu ternura
A los pueblos del continente americano,
Colma de alegría y esperanza a todos los pueblos
Y a todas las familias del mundo.
A Ti, que precedes y guías nuestro camino de fe
Hacia la patria eterna,
Te encomendamos las alegrías, los proyectos,
Las preocupaciones y los anhelos de todas las familias.
Oh María,
A Tí recurrimos confiando en tu ternura de Madre.
No desoigas las plegarias que te dirigimos
Por las familias de todo el mundo
En este crucial periodo de la historia,
Antes bien, acógenos a todos en tu corazón de Madre
Y acompáñanos en nuestro camino hacia la patria celestial.
Madre Santísima de Guadalupe,
Que has mostrado tu amor y tu ternura
A los pueblos del continente americano,
Colma de alegría y esperanza a todos los pueblos
Y a todas las familias del mundo.
A Ti, que precedes y guías nuestro camino de fe
Hacia la patria eterna,
Te encomendamos las alegrías, los proyectos,
Las preocupaciones y los anhelos de todas las familias.
Oh María,
A Tí recurrimos confiando en tu ternura de Madre.
No desoigas las plegarias que te dirigimos
Por las familias de todo el mundo
En este crucial periodo de la historia,
Antes bien, acógenos a todos en tu corazón de Madre
Y acompáñanos en nuestro camino hacia la patria celestial.
Amén ■ Benedicto XVI
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